El chamanismo es una forma muy antigua de entender el mundo en comunión con la naturaleza. Se remonta a los orígenes del ser humano y se fundamenta en que todo lo creado, personas, animales, plantas, minerales y los cuatro elementos poseen un espíritu o energía vital. El chamanismo nos recuerda que vivimos en un universo animado donde todas las criaturas y cosas tienen una fuerza de vida o esencia. De la concepción chamánica nacieron todas las religiones del mundo, son la base antropológica sobre la que se sustentan.

En el libro escrito por Angeles Arrien “Las Cuatro sendas del chamán” dedicado al reconocimiento de las antiguas culturas expone:

“La espiritualidad es la forma más alta de conciencia política. Los pueblos aborígenes de Occidente se encuentran entre los supervivientes que poseen esta clase de conciencia. Están aquí para transmitir su mensaje. Es importante que los escuchemos y los usemos sabiamente mientras hacemos la entrada en el siglo XXI, que será el momento adecuado para tender un puente que traiga la antigua sabiduría al entramado creativo de los tiempos modernos.” (pag. 28)

La palabra chamán procede de Siberia y significa “el que sabe”. El chamán es el oficiante de las ceremonias y cuenta con la capacidad de acceder a la esfera de lo espiritual o mundos invisibles. Es quien lleva a las almas que se quedan atrapadas en las angustias e ilusiones terrenales hasta el mundo de los muertos.

El chamán es “el curador herido” que necesitará pasar por una serie de pruebas (en ocasiones enfermedades graves) que les conducirán por iniciaciones de muerte y renacimiento. La superación de una serie de obstáculos y resistencias, conducirá a estas personas a fuertes procesos de transformación que les capacitarán para la sanación de los otros. Las crisis chamánicas demuestran el antiguo concepto de que “Sólo el que ha estado herido cura”.

Podríamos afirmar que fueron los primeros psicólogos. Por tanto, la psicología no nace de la reflexión de comunidades que visten formal y elegantemente de traje y corbata, sino de los substratos salvajes de quienes creían que podían penetrar en la mente del águila o de quienes eran capaces de imitar el aullido del lobo.

Gran parte de las técnicas que estos hombres y mujeres de conocimiento utilizaron a lo largo de siglos han sido retomadas, parcial o totalmente, por los pioneros modernos de la psicología transpersonal. Son aquellos que han vuelto su mirada al pasado en un intento definitivo de regresar a la fuente original en que cuerpo y alma iban de la mano.

Las experiencias con plantas enteógenas (nos acercan a nuestro Dios interior), y el contacto con los ancianos sabios. Muchas personas procedentes de diversas disciplinas espirituales, han colocado en su justo término a una tradición chamánica, que había sido menospreciada y relegada al olvido con acusaciones de oscurantismo y primitivismo.

La atracción que ejerce todo lo relacionado con la cultura indígena americana y su vertiente conocida como Camino Rojo, es un señuelo que conduce a muchas personas al encuentro con el mundo espiritual. El amor que todos sentimos por la Madre Tierra es una excelente disculpa y oportunidad para andar unos primeros pasos, así como para enriquecer de forma necesaria otros caminos de evolución personal.

Reseñar aquí el extraordinario poder curativo de la llamada medicina de la Tierra, los Cantos a la Madre Tierra, al Gran Espíritu o Padre Cielo, al Abuelo Fuego, a la hermana Agua y al hermano Aire. Los retiros en la Naturaleza suponen un contacto íntimo y valiente con la Madre Tierra, aportando una medicina capaz de mover extraordinariamente estructuras internas enmohecidas, presas del miedo y la desconexión.

La Búsqueda de Visión, el Temascal, las Medicinas Sagradas y otras prácticas chamánicas han demostrado su poder y eficacia para iniciar en la sanación y búsqueda espiritual en personas alejadas en un principio de cualquier intento de conciencia psicoespiritual. Sumar más que restar, es lo que pretendo en mi constante búsqueda de los remedios para las enfermedades del alma.

Existen muchos tipos de chamanismos en función de las diferentes etnias o chamanes, pero todos coinciden en una misma estructura del Cosmos: los Cuatro Orientes (direcciones) y los Tres Mundos, unidos por el Árbol de la Vida. En la cosmogonía chamánica no existe una única realidad, ni una separación entre las diversas facetas de la vida, sino una diversidad de mundos que están interrelacionados.

Parte de una visión que incluye la existencia de tres niveles o mundos . En primer lugar estaría un mundo central o intermedio en el que se ubican los seres humanos y del que emerge un árbol del mundo. Este constituye una especie de ombligo o columna que llega hasta el cielo y que conecta los mundos entre sí. En segundo lugar, un mundo superior que se encuentra por encima de nosotros y por último, un mundo inferior que se halla por debajo.

En el mundo de arriba se lleva a cabo el mito del ascenso, donde encontramos lugares mágicos, maestros importantes y experiencias que nos elevan y expanden. Es el lugar el que recibimos guía y sanación. Los viajes al mundo de arriba están simbolizados por visitas a jardines, vuelos sobre las alas de los pájaros y encuentros con gente que es importante en nuestra vida.

En el mundo de abajo es donde experimentamos el mito del descenso y el viaje al submundo. En ese espacio los aliados y animales de poder nos fortalecen para que tengamos el coraje de enfrentarnos a las pruebas y desafíos que se nos presentan. Se representan a través de imágenes de cuevas, túneles o lagos en los que hay que adentrarse para recuperar las partes perdidas de nosotros mismos.

El mundo intermedio es el mundo al que denominamos real o externo de las relaciones, la economía, el trabajo y la salud. Es el lugar del día a día y la cotidianeidad, donde debemos integrar el viaje de ascenso o descenso realizado.

Los mundos superiores e inferiores chamánicos no son lo mismo que el cielo y el infierno cristiano. En los mundos superiores es posible alcanzar la sabiduría, pero también podemos confundirnos y toparnos con espíritus que quieran engañarnos.

En los mundos inferiores podemos recoger vitalidad y fuerza, aunque también existen zonas peligrosas que pueden agravar y empeorar nuestra salud. Dado que estos mundos están entrelazados, tenemos la posibilidad de movernos entre ellos para recoger información que los espíritus poseen de nosotros y que puede servirnos de mucha ayuda.

Ese organismo llamado Universo consta de siete grandes partes o planos de existencia, cuya evolución se consigue por aumento de conciencia. El ser humano se apoya en planos inferiores y se inspira y referencia en planos superiores. El Cosmos está poblado en su totalidad por seres inteligentes en evolución ascendente con distintos niveles de conciencia que viven en mundos que son como escuelas del Cosmos.

Los planetas densos como la Tierra, se encuentran ubicados en la tercera dimensión. Hay infinitos universos y galaxias en el ilimitado Cosmos. Dentro de las galaxias se encuentran los sistemas solares y cada sistema solar es una unidad formada por un sol y los planetas que allí hay. Están regidas bajo el cuidado amoroso de altas inteligencias directivas llamadas “Logos”.