Conversaciones con los ancestros-Guerras y dolor
INQUISIDOR DE LA EDAD MEDIA
Yo me erijo en portavoz de la Santa Inquisición. Mi primera pregunta es para mí mismo ¿Quién soy yo para proclamarme en mensajero del espíritu y la fe? ¿Quién soy yo para cuestionar la sensibilidad y la intuición de las personas? ¿Quién soy yo para quitarle la vida al alguien de esa manera tan cruel? ¿Qué me hace sentirme superior al conocimiento que puedan tener otras personas? ¿Con qué indolencia miro la vida de los demás, si yo soy un ignorante del espíritu?
Desconozco en verdad lo que es la intuición y dónde está la grandeza de un ser y lo que significa. En lo más hondo ignoro qué significa la vida y sobre todo no co0nozco el perdón. ¿Qué es eso? ¿Cuántas veces escuché implorar el perdón? Aunque ignoraba su significado y sentido para mí. Estoy aquí en busca de respuestas a tantas preguntas, para aflojar el nivel de rabia, acumulada durante demasiado tiempo.
Maestros-Ancestros
Una parte de tu camino consiste en cuestionarte tal y como lo estás haciendo. Te toca detenerte en lo último que has dicho, en ese gran sentimiento de rabia. La conexión con esa emoción es el primer peldaño a bajar si quieres salir de la máscara y acercarte a la humildad, que ahora es más pequeña, que la mitad de un grano de arena de la playa. En segundo lugar, observar a esos dos que habitan dentro de tu persona. Eso lo olvidaste porque viviste, sólo para las ropas de tu rango religioso y te convertiste únicamente en eso.
El perdón antes que nada tiene que ser para ti, porque no has llegado al escalón de necesitar, ni siquiera creías que podías necesitar. Aprovecha la rabia que siente tu cuerpo, el yo verdadero que se separó de la otra parte. Tendrás que revivir esas emociones en tu físico con todo eso que tapaste y enterraste. Esa rabia es la que te mueve y la energía que te va a ayudar. No es momento todavía de perdonar.
El primer paso es aceptar tanto esa vida que llevaste, como aquellas que quitaste y quemaste. Necesitas volver ahí para sentir y trasladar a tus vísceras aquellas vivencias. Solo desde esa bajada al pozo interior, te realizarás al completo, porque si no, te quedarás cojo y tu evolución se retrasará. Aquí no hay ningún superior de la cúpula eclesiástica que te cubra las espaldas. Eres tú quien tiene que enfrentar su propia vida.